miércoles, 24 de julio de 2013

CAPÍTULO 4.

CAPÍTULO 4.

El entrenador había comenzado a decir nombres, uno por uno, de aquellos que entraban en el equipo. Su nombre fue de los últimos a pesar de que había sido el primero en hacer la prueba.
—Bienvenidos a nuestro equipo. Aquí jugamos para ganar. Aquí jugamos en equipo. Aquí jugamos para demostrar que no solo somos jugadores de fútbol, si no que somos una familia unida haciendo nuestros sueños realidad.
A pesar de las palabras del entrenador Harry solo se creyó la primera frase, y al parecer, el resto del equipo pensaba lo mismo.
Ahora solo le quedaba entrar al campo y empezar a demostrar que eso podía cambiar.

—¿Entonces has entrado?—Niall abrazó a su amigo, y sonrió. — Me alegro tío. Te lo merecías.
Harry se sentía nervioso, y a la vez feliz.
—Niall...
Su amigo alzó la cabeza para mirarle a los ojos. Podía notar su nerviosismo.
—¿Qué pasa?
—Mmm... ¿sabes esa sensación de que se te acelera el corazón cuando alguien está cerca...cuando te toca...y sientes que puedes tocar el cielo simplemente cuando te mira?
—Sí. Supongo. Es... amor.
A-M-O-R. ¿Harry. A-M-O-R. Louis? La ecuación no cuadraba.
—¿Amor? ¿Estás seguro? Puede que simplemente sea porque esa persona te intimida, ¿no?
—Harry. Si tocas el cielo cuando os miráis a los ojos, es amor. Pero...¿es que tú sientes eso?
El corazón de Harry se aceleró más de lo normal al ver como en un segundo podía cambiar todo. Dos días atrás vivía feliz, con su familia, con un pasado algo difícil, pero aún así, feliz. Hacía dos días era totalmente heterosexual.
—Puede ser. Aunque sigo pensando que es intimidación.
Niall negó riendo.
—Anda, vamos...

Su compañero lo empujó hasta la cafetería, donde cogieron una de las mesas de la esquina, cerca de la que el chico de ojos azules, pelo castaño, y sonrisa perfecta ocupaba.
—Creo que es mejor que nos vayamos de aquí, Niall. No...
Niall giró la cabeza hasta el grupo de futbolistas.
—Harry, ahora sois del mismo equipo. No te harán nada. Vamos. Vayamos a sentarnos con ellos.

MIERDA. Ese fue el primer pensamiento que se le cruzó a Harry al ver como su amigo empezaba a hablar con el capitán, que asentía y se desplazaba para dejarle un hueco.
Harry se acercó lentamente. Mike, uno de los defensas que anteriormente le había llamado maricón, le abrió un hueco y le dedicó una sonrisa, para su sorpresa, sincera.
Maricón... Bueno. No era desacertada la palabra.
Pudo ver al sentarse quién le quedaba frente. Louis.
Niall miraba a Harry, y en cierto modo, comprendió la situación.
—¿De verdad tío?
Toda la mesa se giró para mirar a Niall, que había hablado demasiado alto.
—¿Qué pasa?—Louis miraba con el ceño fruncido al rubio de ojos azules.
—Nada. Es solo que a veces me doy cuenta de cosas que no deberían pasar, y bueno, Harry me dijo algo antes que... Nada. Olvidadlo. Es solo una tontería.
—No, cuéntanos Niall. Será interesante lo que piensa nuestro amigo Harry.— Louis le miró de refilón sonriendo pícaro.
—Es simplemente que...
—Me gusta alguien.— Harry había interrumpido la frase de Niall. No sabía cómo salvarse, por lo que lo mejor era la verdad.
—¿Y quién es? Quizás a alguno nos interese.
Harry decidió que era lo mejor. Decir la verdad.
—No creo que os interese.
Ese comentario hizo reír a los chicos, incluso Louis, que parecía más nervioso de lo normal.
—¿Y quién es, entonces? Ya que no nos la podemos tirar, al menos, tener el placer de saber su nombre...
Harry, inocente, no había pensado demasiado bien cómo reaccionar ante aquello, por lo que decidió decir un nombre al azar.
—Anna—tendría que haber alguna Anna por allí. En realidad, sí que había una. Era una chica un año mayor que estudiaba periodismo musical en la misma universidad. Era algo bajita, con curvas, y de pelo largo, ondulado. Tenía la cara redonda, con ojos grandes y verdes, y una sonrisa bastante bonita.
Era tímida, aunque divertida, y bastante profesional.
Los chicos lo miraron dando a entender que no sabía a quién se refería Harry.
—Sí, yo la conozco.— Interrumpió Niall. —Es esa de allí.
En ese preciso instante, Anna había entrado en la cafetería acompañada de otra chica. Ambas reían mientras se acercaban a la barra.
Louis volvió a girar la cabeza hacia Harry.
—Acércate y díselo.
Todos giraron la cabeza hacia Louis.
—¿Qué? No, no, no. Es demasiado improvisado. No. Le diré algo cuando crea conveniente. Y...—Louis lo miraba alzando una de sus cejas, riendo levemente, divertido.
—¿Y?
Se hizo un absoluto silencio que se rompió al cabo de un rato gracias a la interrupción del entrenador. Por el momento Harry estaba a salvo. Por el momento.


La clase trabajaba en silencio. Niall, a su lado, comía algo, mientras terminaba de hacer los ajustes para la cámara que utilizaría a la hora de grabar el partido del siguiente fin de semana.
—¿Louis, tío? ¿Louis Tomlinson?—susurraba Niall mientras masticaba un trozo de patata.
—Es... raro. Lo sé. No es algo que suceda a menudo. Y menos a mí. Y créeme que soy el último que quiere sentir...amor por ese chico. Es cínico, engreído, egocéntrico, superficial... y aún así puede hacer que el corazón se me vaya a salir por la boca cuando lo veo. Siento que hago algo mal cuando estoy cerca de él...es como si todo mi cuerpo se revelase al sentir eso, pero a la vez le gustase sentir ese dolor. Es...
—Masoquismo.
Harry miró a su amigo, y colocó la cabeza entre sus manos.
—¿Qué hago, Niall?
Este se levantó al instante, y caminó unas mesas hacia delante. Anna se levantó y fue hacia la mesa donde se encontraban ambos.
—Hola.— la chica que había presentado como su "crush", estaba frente a él, mirándole con una sonrisa dulce.
—Hey...soy Harry.
La chica aceptó la mano que este le tendía pronunciando su nombre.
—Encantada, Harry. Tu amigo me ha dicho que necesitas mi ayuda... Así que, dispara.
Harry miró a Niall, que se había levantado de nuevo, y se alejaba hasta la mesa donde Anna se encontraba sentada.
Era hora de contarle la mentira del siglo.

—No te preocupes.— dijo Anna, sonriendo.— Te ayudaré. Y ya de paso, obtendré tu ayuda.
—¿Sí?
—Uno de los chicos, Zayn... bueno. Estuvimos durante unas semanas, y rompimos. Para él era más importante el fútbol que yo, y quiero que vea lo que se perdió. Quiero que vea que el fútbol es una pasión, pero que con el tiempo no puedes seguir viviendo de ella. Las personas que están a tu lado, son las que permanecen, pasen los años que pasen, contigo.
Harry sentía las palabra de aquella  chica de ojos verdes. Palabras sinceras que realmente expresaban como había acabado tras esa ruptura.
—Está bien. Mañana...¿vienes con nosotros a comer? Zayn hoy no ha estado, pero supongo que mañana vendrá. Hay entrenamiento.
Anna asintió.

—Eso no me lo pierdo.

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