CAPÍTULO 17.
Cuando Harry subió
las escaleras hasta llegar a su habitación, el corazón seguía latiendo
demasiado rápido como para que hubiese sido un simple sueño. Aún sentía el
sabor de los labios de Louis, y llevaba impregnado en su cabello, el olor del
pelo del otro chico.
Se pasó la mano
varias veces por los labios, que aún estaban algo hinchados de la presión del
beso. Harry lo pellizcó y simplemente sonrió como un tonto.
A pesar de lo
ocurrido en el vestuario y después de la fiesta, Harry era indiferente a los
ojos de Louis. Le evitaba, e intentaba mantener el mínimo contacto con él. A
veces, incluso en la cafetería, se había excusado con que debía irse a hacer
cualquier cosa cuando Harry había llegado.
—¿Sabes? Me siento
como una completa mierda. —Harry estaba sentado en el suelo, cerca del campo de
fútbol, apoyando la espalda en la pared, con las piernas recogidas, abrazándose
las rodillas, y bajando la cabeza hasta apoyarla en estas.
Anna, que se
encontraba allí con él, intentaba animarlo de alguna forma, aunque era inútil.
—¿Y por qué no
fuerzas un encuentro en los vestuarios? Sabes bien que Louis espera a ser el
último en ducharse, y que de allí no podrá escapar a menos que tú le dejes.
Harry negaba con la
cabeza.
—Es...extraño.
¿Sabes? Es que me siento impotente. Debería hacerlo, pero no tengo control
sobre la situación. No...—Anna lo calló.
—Harry, ahí está.
Es el momento de que vayas y le digas lo que sientes. Que estos días te sientes
mal. Ha pasado una semana y no te ha dirigido la palabra. Pon fin a esto.
Harry miró a su
amiga, y tras torcer el gesto, asintió levemente, y se levantó, dirigiéndose
hacia el chico de ojos claros.
—Louis—el chico se
giró, y no parecía en absoluto sorprendido de que fuese Harry quien lo hubiese
llamado. No. Parecía feliz de hecho.
Harry sintió una
oleada de calor recorriendo su cuerpo cuando se encontró nadando en los
profundos ojos de Louis. El chico de ojos azules, se acercó hasta él, rozándole
la mejilla con los dedos.
—Lo sé, lo
sé...Simplemente no sé cómo reaccionar ante esto... Eres el...es difícil,
Harry. Tengo una familia muy tradicional, y en estos momentos me piden que me
centre en mis estudios y en mi carrera como jugador. Y además, si deseasen
conocer a mi pareja, no serías tú.
Las palabras de
Louis se clavaron como un cuchillo en el corazón de Harry, que sintió el
impulso de llorar e irse corriendo de allí; aún así esperó a que corrigiese su
error, cosa que no hizo.
—¿No sería yo?
—Ellos quieren a
una chica, Harry, no a un chico. ¿Desde cuándo el chico más popular de una
universidad es gay? ¿Has visto eso en alguna película? ¿Algún libro?
El chico del pelo
rizado negó.
—Pero esto no es
una película, Louis. Ni es un libro. Es la vida real.
El chico de ojos
azules, asintió, mordiéndose el labio y acercándose lentamente hasta el oído
del chico de pelo rizado.
—Todo va a salir
bien—susurró. Después de una leve caricia, se alejó hasta el entrenador, el
cual acababa de llegar, y mandaba a empezar el entrenamiento.
Dos semanas después.
Liam cruzaba el
pasillo agarrado de la mano de Niall, pasando de los comentarios inapropiados
que propiciaban algunos estudiantes. Anna y Zayn caminaban junto a Alice, Ian y
James, y Harry, al final del grupo, mirándose los pies.
Hacía dos semanas
que Louis no le dirigía la palabra. Dos semanas desde el "todo va a salir
bien". Dos semanas desde la llegada de la nueva chica a la Universidad de
Doncaster.
Eleanor.
Era una chica
bajita, de metro sesenta y pico, pelo largo, ondulado, y castaño. De piel
clara, y ojos oscuros. Otra universitaria más del montón, y cómo no, loca de
amor por el capitán del equipo de fútbol.
Desde hacía dos
semanas, Louis había pasado a sentarse en otra mesa, junto a Eleanor y un grupo
de universitarios algo menos populares que los jugadores de su equipo. Había
cambiado su popularidad por sentarse, simplemente, en una mesa lejos de Harry.
El chico de pelo
rizado había estado llorando en el baño varias veces desde aquello. ¿Y el
"todo va a salir bien"? Se preguntaba. ¿Y los besos? ¿Eran
simplemente un castigo por enamorarse?
Harry había rogado
varias veces alejarse un tiempo de la Universidad. Descansar por un tiempo, y
dejar Doncaster, pero sus padres se negaban. Cualquier cosa que hubiese estado
bien, en dos semanas se había echado a perder.
Partido del Jueves tarde.
—Necesito que
juguéis como un equipo. Necesito esa victoria; vosotros la necesitáis.
Harry se encontraba
junto a Liam, que rodeaba sus hombros con su musculoso brazo. A su otro lado
estaba James, que tenía el brazo sobre su cintura. Louis observaba al
entrenador dejando caer alguna mirada de soslayo hacia el brazo de James
apoyado en Harry.
<<¿Quién se
cree que es para tocarlo así?>> se preguntaba Louis mientras chasqueaba
la lengua.
—¡VAMOS!
Las gradas estaban
llenas de familiares, amigos, y otros tantos apoyando a los diferentes equipos.
Los padres de Harry ocupaban un lugar cercano al banquillo, junto a su hermano
Rick, que llevaba una camiseta con el número 4 impreso en la espalda, y el
apellido de su hermano: Styles.
Niall, Anna y Alice
animaban desde la misma fila que los padres de Harry. Varias filas arriba se
encontraban los padres de Louis, sentados junto a Eleanor, que entablaba
conversación con ellos.
El equipo salió al
campo, y nada más empezar el juego Harry solo tuvo un pensamiento: Ganar.
Simplemente quería
jugar para ganar. Todo era más fácil si se pensaba estrechamente.
El chico de ojos
azules llevaba el balón en sus pies, regateando a todo aquel que se
interpusiese en su camino. Con un golpe largo, el balón se dirigió hacia la
banda donde se encontraba James, el cual lo recibió con el pecho, controlando
la precisión del ataque.
Harry se adelantó
para ganar terreno. El pase al hueco de James fue perfecto para un primer gol
por parte de Harry. El equipo comenzó a correr junto a él, siendo James el
primero en abrazarlo. Louis llegó más tarde, mirando a James receloso, y pasando
más tarde la mano por la mata de pelo rizado de Harry.
Este le dedicó una
mirada vacía, algo que le desconcertó. Harry nunca hacía eso.
El chico de ojos
azules volvió al juego, intentando alejar de su mente la mirada que Harry le
había dedicado.
El juego continuó
durante los 90 minutos normales, con la victoria por parte de la Universidad de
Doncaster, con un 4-1 en el marcador.
El equipo se reunió
en los banquillos, para felicitarse, y dedicar un segundo a dar las gracias a
quienes hacían posible aquello.
La familia de Harry
bajó corriendo hasta donde el chico de pelo rizado se encontraba, abrazándolo.
—¡Muy buen partido,
hijo! Estamos orgullosos de ti.— su madre asentía, y Rick, se aupó para
conseguir abrazarlo.
Anna, Alice y Niall
bajaron a felicitar a su amigo, abrazándolo, y repitiendo las palabras del
padre. Todos se quedaron allí, esperando a que los demás se acercasen.
Zayn dio un golpe
cariñoso en la espalda de Harry, dándole luego un beso en la mejilla.
—Buen partido, tío.
El chico moreno, se
dirigió hacia su chica, dándole un beso en los labios, y rodeándole la cintura.
Poco a poco el
resto del equipo se fue acercando a darle la enhorabuena a Harry por el
partido, por el hattrick.
El doctor Tomlinson
y su esposa se acercaron hasta su hijo, saludándolo, acompañados de Eleanor.
Luego se acercaron hasta Harry, para saludarle, y felicitarle.
—Estás más fuerte
desde la última vez que nos vimos, Harry.
El chico sonrió,
estrechándole la mano al padre de Louis.
—Sí. El gimnasio, y
los entrenamientos ayudan.
El chico de ojos
verdes intentaba mantener la vista apartada de Louis, y no le fue del todo
difícil. El tener que ocultarlo tanto tiempo, le había dado fuerzas para
incluso resistírsele estando, a penas, a unos metros de él.
James e Ian llegaron
seguidamente a donde estaban todos reunidos. James abrazó a Harry, y pasó su
mano por el pelo rizado de él, haciendo que el cuerpo de Louis se tensase al
ver aquello. Apretó los dientes, y puso buena cara cuando Eleanor, dándose
cuenta, se giró para mirar al chico de ojos azules.
El resto del día
tras el partido fue monótono. Un rato en la cafetería, clases, y entrenamiento
por la tarde.
Habían estado
practicando, sobre todo, el tiro a puerta, cosa que Harry había estado
perfeccionando durante las últimas semanas. Tras el entrenamiento, se había
dirigido al vestuario para darse una ducha. Como siempre, se había quedado de
los últimos para estar más tranquilo.
—Harry—la voz del
chico de ojos azules le sobresaltó, haciendo que el champú se le resbalase de
las manos y cayese al suelo, salpicando algo de agua.
Bajó la mirada
hasta el chico que se encontraba semidesnudo justo detrás de él. Sintió un
cosquilleo recorrer su columna, y como la piel se le erizaba bajo el contacto
con el agua caliente.
—Louis...—susurró,
antes de recoger el champú y girarse de nuevo.
El chico oyó el
suspiro de este, que unos segundos después, rodeaba su cintura con sus manos,
sintiendo el contacto de su miembro en el culo. Louis estaba desnudo tras él.
Completamente desnudo.
Había comenzado a
besarle la espalda lentamente, acariciándole los brazos...
Harry se giró con
rapidez, dándole un empujón.
—No te atrevas a
hacer esto. ¿Crees que puedo ser tu títere? ¿Crees que puedes venir a mí cuando
te dé la gana? Estás muy equivocado, Tomlinson. MUCHO—gritó la última palabra,
saliendo de la ducha, y cogiendo sus pertenencias tras enrollarse la toalla,
saliendo del vestuario.
Harry había estado
completamente equivocado. Louis no era inocente, ni buena persona. Louis lo
utilizaba como quería y más. Desde su estúpida confesión en el campo de fútbol
todo había cambiado. Sí, había sentido por primera vez lo que era el amor de
verdad, pero... ¿merecía la pena? ¿Merecía la pena sufrir así por ese tipo de
amor?
El chico de pelo
rizado se había quedado sentado en una mesa colocada en la esquina de la
cafetería. Niall y Liam se habían acercado, y simplemente se habían sentado
allí, sin abrir la boca, y dejando que Harry, aún estando acompañado, no se
sintiese agobiado. Zayn y Anna llegaron más tarde, pero se fueron tras dejarle
la invitación del baile de la universidad. James e Ian se pararon un rato, y el
segundo se acabó yendo, dejando que James se quedase allí con él.
Liam y Niall
aceptaron la petición de James de dejarlos a solas un rato. Harry no dijo nada
al respecto, pero tampoco pudo quedarse callado, cuando James le levantó la
alzó la cabeza, y juntó sus labios con los del chico de pelo rizado.
Harry se apartó
bajo la mirada atenta de toda persona que se encontraba en la cafetería, y aún
sabiendo las repercusiones que podía tener aquello, solo miró al chico, y
sonrió.
Todo había salido
como habían planeado. James se había jugado el cuello por hacerle el favor, e
incluso había perdido dignidad, pero todo lo que fuera por un amigo, ¿no?
El chico de pelo
rizado abrazó a su compañero de equipo, dándole las gracias una y otra vez por
fingir un posible noviazgo entre ellos.
—En realidad es la
única forma que tengo de saber si de verdad le importo. Es la única manera de
saber si lo hace para reírse de mí, o lo hace porque de verdad me quiere.
—Te entiendo,
tranquilo. Hasta ahora nadie había pensado que yo pudiera ser gay. Incluso Ian
piensa que soy heterosexual...
Harry miró al
chico, dedicándole una sonrisa, compadeciéndose de su situación.
—Es como si a pesar
de todo el tiempo que pasamos juntos, no quisiera darse cuenta de que siento
algo por él. Algo más que una amistad...Sí, es mi mejor amigo, por encima de
todo, pero también es... mi gran apoyo. Es como si...
El chico de pelo
rizado asintió, dándole a entender que no hacían falta más palabras, que no era
necesario que lo explicase. Él lo entendía a la perfección.
Esa tarde la pasó
leyendo y viendo su peli favorita una y otra vez: Love Actually. Se había quedado
dormido sobre el sofá, cuando "All I want for Christmas is you" sonó
por cuarta vez en la pantalla.
<<—Buenas
noches, Lou.—se atrevió a decir.
Antes de que se
diese cuenta, Harry ya estaba entre los brazos de este, con el corazón
acelerado.
—No vuelvas a
llamarme así, Styles.—Y después sus labios se encontraron en un beso más dulce
que el de esa mañana, que había sido todo lenguas y desesperación.
El chico de pelo
rizado se apartó poco después, de mala gana.
—¿Y...?
El otro chico lo
calló, pasando una mano por su mejilla.
—Que sea un
secreto. Al menos por ahora...Harry.>>
El chico de pelo
rizado se levantó sobresaltado del sofá, respirando ansioso tras recordar en
sueños la escena del beso, y la petición de Louis. Le había pedido que fuese un secreto...y
Harry lo había mantenido, pero no estaba dispuesto a perder la cordura por
aguantar sin oír la voz de Louis hasta que él se decidiese a dar el paso.
Se levantó y se
dirigió al baño para mojarse la cara. Rick y sus padres habían salido esa noche
de cena, y Harry había decidido invitar
sus amigos a pasar la noche en casa.
Eran las nueve y
media cuando comenzaron a llegar: Niall, Liam, James, Ian, Zayn, Anna, Alice, y
para sorpresa y desgracia de Harry, Eleanor y Louis.
Al parecer nadie
parecía contento por la presencia de Eleanor, excepto Louis, que no expresaba
sentimiento alguno, si no indiferencia.
—Hey, chicos. Pasad
al salón. He pedido pizzas, vendrán en tres cuartos de hora, aproximadamente.
Harry esperó hasta
que entrase James, que se había quedado el último para llevar su plan a cabo.
Recorrieron la
estancia de la mano, y se sentaron juntos en el sofá, justo al lado de Louis y
Eleanor. El chico de ojos azules miraba los dedos entrelazados de ambos con
recelo, pero no comentó nada, simplemente miró al frente, donde se encontraba
su hermana que miraba a Eleanor con cara de asesina.
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