miércoles, 24 de julio de 2013

CAPÍTULO 17.

CAPÍTULO 17.

Cuando Harry subió las escaleras hasta llegar a su habitación, el corazón seguía latiendo demasiado rápido como para que hubiese sido un simple sueño. Aún sentía el sabor de los labios de Louis, y llevaba impregnado en su cabello, el olor del pelo del otro chico.
Se pasó la mano varias veces por los labios, que aún estaban algo hinchados de la presión del beso. Harry lo pellizcó y simplemente sonrió como un tonto.

A pesar de lo ocurrido en el vestuario y después de la fiesta, Harry era indiferente a los ojos de Louis. Le evitaba, e intentaba mantener el mínimo contacto con él. A veces, incluso en la cafetería, se había excusado con que debía irse a hacer cualquier cosa cuando Harry había llegado.
—¿Sabes? Me siento como una completa mierda. —Harry estaba sentado en el suelo, cerca del campo de fútbol, apoyando la espalda en la pared, con las piernas recogidas, abrazándose las rodillas, y bajando la cabeza hasta apoyarla en estas.
Anna, que se encontraba allí con él, intentaba animarlo de alguna forma, aunque era inútil.
—¿Y por qué no fuerzas un encuentro en los vestuarios? Sabes bien que Louis espera a ser el último en ducharse, y que de allí no podrá escapar a menos que tú le dejes.
Harry negaba con la cabeza.
—Es...extraño. ¿Sabes? Es que me siento impotente. Debería hacerlo, pero no tengo control sobre la situación. No...—Anna lo calló.
—Harry, ahí está. Es el momento de que vayas y le digas lo que sientes. Que estos días te sientes mal. Ha pasado una semana y no te ha dirigido la palabra. Pon fin a esto.
Harry miró a su amiga, y tras torcer el gesto, asintió levemente, y se levantó, dirigiéndose hacia el chico de ojos claros.

—Louis—el chico se giró, y no parecía en absoluto sorprendido de que fuese Harry quien lo hubiese llamado. No. Parecía feliz de hecho.
Harry sintió una oleada de calor recorriendo su cuerpo cuando se encontró nadando en los profundos ojos de Louis. El chico de ojos azules, se acercó hasta él, rozándole la mejilla con los dedos.
—Lo sé, lo sé...Simplemente no sé cómo reaccionar ante esto... Eres el...es difícil, Harry. Tengo una familia muy tradicional, y en estos momentos me piden que me centre en mis estudios y en mi carrera como jugador. Y además, si deseasen conocer a mi pareja, no serías tú.
Las palabras de Louis se clavaron como un cuchillo en el corazón de Harry, que sintió el impulso de llorar e irse corriendo de allí; aún así esperó a que corrigiese su error, cosa que no hizo.
—¿No sería yo?
—Ellos quieren a una chica, Harry, no a un chico. ¿Desde cuándo el chico más popular de una universidad es gay? ¿Has visto eso en alguna película? ¿Algún libro?
El chico del pelo rizado negó.
—Pero esto no es una película, Louis. Ni es un libro. Es la vida real.
El chico de ojos azules, asintió, mordiéndose el labio y acercándose lentamente hasta el oído del chico de pelo rizado.
—Todo va a salir bien—susurró. Después de una leve caricia, se alejó hasta el entrenador, el cual acababa de llegar, y mandaba a empezar el entrenamiento.

Dos semanas después.

Liam cruzaba el pasillo agarrado de la mano de Niall, pasando de los comentarios inapropiados que propiciaban algunos estudiantes. Anna y Zayn caminaban junto a Alice, Ian y James, y Harry, al final del grupo, mirándose los pies.
Hacía dos semanas que Louis no le dirigía la palabra. Dos semanas desde el "todo va a salir bien". Dos semanas desde la llegada de la nueva chica a la Universidad de Doncaster.
Eleanor.
Era una chica bajita, de metro sesenta y pico, pelo largo, ondulado, y castaño. De piel clara, y ojos oscuros. Otra universitaria más del montón, y cómo no, loca de amor por el capitán del equipo de fútbol.
Desde hacía dos semanas, Louis había pasado a sentarse en otra mesa, junto a Eleanor y un grupo de universitarios algo menos populares que los jugadores de su equipo. Había cambiado su popularidad por sentarse, simplemente, en una mesa lejos de Harry.
El chico de pelo rizado había estado llorando en el baño varias veces desde aquello. ¿Y el "todo va a salir bien"? Se preguntaba. ¿Y los besos? ¿Eran simplemente un castigo por enamorarse?
Harry había rogado varias veces alejarse un tiempo de la Universidad. Descansar por un tiempo, y dejar Doncaster, pero sus padres se negaban. Cualquier cosa que hubiese estado bien, en dos semanas se había echado a perder.

Partido del Jueves tarde.

—Necesito que juguéis como un equipo. Necesito esa victoria; vosotros la necesitáis.
Harry se encontraba junto a Liam, que rodeaba sus hombros con su musculoso brazo. A su otro lado estaba James, que tenía el brazo sobre su cintura. Louis observaba al entrenador dejando caer alguna mirada de soslayo hacia el brazo de James apoyado en Harry.
<<¿Quién se cree que es para tocarlo así?>> se preguntaba Louis mientras chasqueaba la lengua.
—¡VAMOS!

Las gradas estaban llenas de familiares, amigos, y otros tantos apoyando a los diferentes equipos. Los padres de Harry ocupaban un lugar cercano al banquillo, junto a su hermano Rick, que llevaba una camiseta con el número 4 impreso en la espalda, y el apellido de su hermano: Styles.
Niall, Anna y Alice animaban desde la misma fila que los padres de Harry. Varias filas arriba se encontraban los padres de Louis, sentados junto a Eleanor, que entablaba conversación con ellos.

El equipo salió al campo, y nada más empezar el juego Harry solo tuvo un pensamiento: Ganar.
Simplemente quería jugar para ganar. Todo era más fácil si se pensaba estrechamente.
El chico de ojos azules llevaba el balón en sus pies, regateando a todo aquel que se interpusiese en su camino. Con un golpe largo, el balón se dirigió hacia la banda donde se encontraba James, el cual lo recibió con el pecho, controlando la precisión del ataque.
Harry se adelantó para ganar terreno. El pase al hueco de James fue perfecto para un primer gol por parte de Harry. El equipo comenzó a correr junto a él, siendo James el primero en abrazarlo. Louis llegó más tarde, mirando a James receloso, y pasando más tarde la mano por la mata de pelo rizado de Harry.
Este le dedicó una mirada vacía, algo que le desconcertó. Harry nunca hacía eso.
El chico de ojos azules volvió al juego, intentando alejar de su mente la mirada que Harry le había dedicado.

El juego continuó durante los 90 minutos normales, con la victoria por parte de la Universidad de Doncaster, con un 4-1 en el marcador.
El equipo se reunió en los banquillos, para felicitarse, y dedicar un segundo a dar las gracias a quienes hacían posible aquello.

La familia de Harry bajó corriendo hasta donde el chico de pelo rizado se encontraba, abrazándolo.
—¡Muy buen partido, hijo! Estamos orgullosos de ti.— su madre asentía, y Rick, se aupó para conseguir abrazarlo.
Anna, Alice y Niall bajaron a felicitar a su amigo, abrazándolo, y repitiendo las palabras del padre. Todos se quedaron allí, esperando a que los demás se acercasen.
Zayn dio un golpe cariñoso en la espalda de Harry, dándole luego un beso en la mejilla.
—Buen partido, tío.
El chico moreno, se dirigió hacia su chica, dándole un beso en los labios, y rodeándole la cintura.
Poco a poco el resto del equipo se fue acercando a darle la enhorabuena a Harry por el partido, por el hattrick.
El doctor Tomlinson y su esposa se acercaron hasta su hijo, saludándolo, acompañados de Eleanor. Luego se acercaron hasta Harry, para saludarle, y felicitarle.
—Estás más fuerte desde la última vez que nos vimos, Harry.
El chico sonrió, estrechándole la mano al padre de Louis.
—Sí. El gimnasio, y los entrenamientos ayudan.
El chico de ojos verdes intentaba mantener la vista apartada de Louis, y no le fue del todo difícil. El tener que ocultarlo tanto tiempo, le había dado fuerzas para incluso resistírsele estando, a penas, a unos metros de él.
James e Ian llegaron seguidamente a donde estaban todos reunidos. James abrazó a Harry, y pasó su mano por el pelo rizado de él, haciendo que el cuerpo de Louis se tensase al ver aquello. Apretó los dientes, y puso buena cara cuando Eleanor, dándose cuenta, se giró para mirar al chico de ojos azules.

El resto del día tras el partido fue monótono. Un rato en la cafetería, clases, y entrenamiento por la tarde.
Habían estado practicando, sobre todo, el tiro a puerta, cosa que Harry había estado perfeccionando durante las últimas semanas. Tras el entrenamiento, se había dirigido al vestuario para darse una ducha. Como siempre, se había quedado de los últimos para estar más tranquilo.
—Harry—la voz del chico de ojos azules le sobresaltó, haciendo que el champú se le resbalase de las manos y cayese al suelo, salpicando algo de agua.
Bajó la mirada hasta el chico que se encontraba semidesnudo justo detrás de él. Sintió un cosquilleo recorrer su columna, y como la piel se le erizaba bajo el contacto con el agua caliente.
—Louis...—susurró, antes de recoger el champú y girarse de nuevo.
El chico oyó el suspiro de este, que unos segundos después, rodeaba su cintura con sus manos, sintiendo el contacto de su miembro en el culo. Louis estaba desnudo tras él. Completamente desnudo.
Había comenzado a besarle la espalda lentamente, acariciándole los brazos...
Harry se giró con rapidez, dándole un empujón.
—No te atrevas a hacer esto. ¿Crees que puedo ser tu títere? ¿Crees que puedes venir a mí cuando te dé la gana? Estás muy equivocado, Tomlinson. MUCHO—gritó la última palabra, saliendo de la ducha, y cogiendo sus pertenencias tras enrollarse la toalla, saliendo del vestuario.

Harry había estado completamente equivocado. Louis no era inocente, ni buena persona. Louis lo utilizaba como quería y más. Desde su estúpida confesión en el campo de fútbol todo había cambiado. Sí, había sentido por primera vez lo que era el amor de verdad, pero... ¿merecía la pena? ¿Merecía la pena sufrir así por ese tipo de amor?
El chico de pelo rizado se había quedado sentado en una mesa colocada en la esquina de la cafetería. Niall y Liam se habían acercado, y simplemente se habían sentado allí, sin abrir la boca, y dejando que Harry, aún estando acompañado, no se sintiese agobiado. Zayn y Anna llegaron más tarde, pero se fueron tras dejarle la invitación del baile de la universidad. James e Ian se pararon un rato, y el segundo se acabó yendo, dejando que James se quedase allí con él.
Liam y Niall aceptaron la petición de James de dejarlos a solas un rato. Harry no dijo nada al respecto, pero tampoco pudo quedarse callado, cuando James le levantó la alzó la cabeza, y juntó sus labios con los del chico de pelo rizado.
Harry se apartó bajo la mirada atenta de toda persona que se encontraba en la cafetería, y aún sabiendo las repercusiones que podía tener aquello, solo miró al chico, y sonrió.

Todo había salido como habían planeado. James se había jugado el cuello por hacerle el favor, e incluso había perdido dignidad, pero todo lo que fuera por un amigo, ¿no?
El chico de pelo rizado abrazó a su compañero de equipo, dándole las gracias una y otra vez por fingir un posible noviazgo entre ellos.
—En realidad es la única forma que tengo de saber si de verdad le importo. Es la única manera de saber si lo hace para reírse de mí, o lo hace porque de verdad me quiere.
—Te entiendo, tranquilo. Hasta ahora nadie había pensado que yo pudiera ser gay. Incluso Ian piensa que soy heterosexual...
Harry miró al chico, dedicándole una sonrisa, compadeciéndose de su situación.
—Es como si a pesar de todo el tiempo que pasamos juntos, no quisiera darse cuenta de que siento algo por él. Algo más que una amistad...Sí, es mi mejor amigo, por encima de todo, pero también es... mi gran apoyo. Es como si...
El chico de pelo rizado asintió, dándole a entender que no hacían falta más palabras, que no era necesario que lo explicase. Él lo entendía a la perfección.

Esa tarde la pasó leyendo y viendo su peli favorita una y otra vez: Love Actually. Se había quedado dormido sobre el sofá, cuando "All I want for Christmas is you" sonó por cuarta vez en la pantalla.
<<—Buenas noches, Lou.—se atrevió a decir.
Antes de que se diese cuenta, Harry ya estaba entre los brazos de este, con el corazón acelerado.
—No vuelvas a llamarme así, Styles.—Y después sus labios se encontraron en un beso más dulce que el de esa mañana, que había sido todo lenguas y desesperación.
El chico de pelo rizado se apartó poco después, de mala gana.
—¿Y...?
El otro chico lo calló, pasando una mano por su mejilla.
—Que sea un secreto. Al menos por ahora...Harry.>>

El chico de pelo rizado se levantó sobresaltado del sofá, respirando ansioso tras recordar en sueños la escena del beso, y la petición de Louis.  Le había pedido que fuese un secreto...y Harry lo había mantenido, pero no estaba dispuesto a perder la cordura por aguantar sin oír la voz de Louis hasta que él se decidiese a dar el paso.
Se levantó y se dirigió al baño para mojarse la cara. Rick y sus padres habían salido esa noche de cena, y Harry había decidido invitar  sus amigos a pasar la noche en casa.
Eran las nueve y media cuando comenzaron a llegar: Niall, Liam, James, Ian, Zayn, Anna, Alice, y para sorpresa y desgracia de Harry, Eleanor y Louis.
Al parecer nadie parecía contento por la presencia de Eleanor, excepto Louis, que no expresaba sentimiento alguno, si no indiferencia.
—Hey, chicos. Pasad al salón. He pedido pizzas, vendrán en tres cuartos de hora, aproximadamente.
Harry esperó hasta que entrase James, que se había quedado el último para llevar su plan a cabo.

Recorrieron la estancia de la mano, y se sentaron juntos en el sofá, justo al lado de Louis y Eleanor. El chico de ojos azules miraba los dedos entrelazados de ambos con recelo, pero no comentó nada, simplemente miró al frente, donde se encontraba su hermana que miraba a Eleanor con cara de asesina.

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