CAPÍTULO 18.
Harry había pagado las pizzas, y las había
llevado hasta el salón. Todos formaron un círculo en el suelo, dejando que las
bebidas y las pizzas se quedasen en el centro.
La primera parte de la noche transcurrió
tranquila, con conversaciones fluidas, y risas no forzadas. La segunda parte
continuó así hasta el momento en el que se empezó el juego.
—¿Habéis jugado a "yo nunca"? Es
fácil. Se dice algo que nunca has hecho, y los que lo hayan hecho deben beber
de su vaso. —Niall explicaba como si fuese un experto en el juego, y miraba a
Liam de reojo, que reía.
No parecía demasiado complicado, ni nada que
fuese a costarle un riñón...Harry asintió, sirvió bebidas a todos en cantidades
iguales, y comenzaron el juego.
—Yo nunca...—empezó Liam— he salido como
pareja con una chica.
Anna, Alice y Eleanor bebieron. A
continuación, cuando nadie más se esperaba que fuesen a beber, Louis alzó su
vaso y dio un pequeño trago. James lo imitó.
—Yo nunca he estado a favor de la
homosexualidad.—enunció Eleanor, con una media sonrisa en la cara. Louis la
miró frunciendo el ceño, y a pesar de lo molesto de su comentario, bebió otra
vez.
Era cierto que Louis nunca había estado a
favor de la homosexualidad, pero por el simple hecho de que nunca se había
sentido de tal manera.
—Yo nunca he estado enamorado—dijo Ian. James
lo miró de soslayo, y en cierto modo se sintió decepcionado. La mirada, que
había sido captada por Harry, le sentó como un cubo de agua fría, como si él
mismo hubiese sido al que hubiesen herido.
—Yo nunca he tenido el valor para mostrar mi
sexualidad.—anunció Niall, mirando a Harry, que tosió de repente.
El chico de los rizos contempló a su amigo con
los ojos demasiado abiertos, y luego desvió la vista hasta Louis que no bebió.
La palabra DECEPCIÓN se asomó en su rostro y
se marcó en su corazón.
<<Bien, Harry, ya has comprobado lo que
creías>>.
James bebió, e Ian para la sorpresa de todos,
también lo hizo.
—Yo nunca he engañado a nadie sabiendo que
podía herir sus sentimientos.
Louis alzó la mirada cuando Harry pronunció
aquella frase sin despegar los ojos de él. El chico de ojos azules le dedicó
una mirada glacial, y luego acarició la mano de Eleanor, que estaba sobre su
regazo.
Harry sintió una patada en el estómago.
<<Eleanor 2 - 0 Harry>>.
—Yo nunca he despreciado lo que tenía, a pesar
de que era importante para mí.
Zayn, Niall, Liam, Ian y Louis bebieron
seguidamente tras la afirmación de Anna. Harry la miró, dedicándole una tímida
sonrisa.
Ella asintió, sabiendo que Harry se sentía
agradecido por aquello.
—Yo...—la voz de Louis se quebró. Miró a una
pequeña pulsera de color verde que tenía atada a su muñeca, y comenzó a jugar
con el nudo.— Yo...Sé que este juego se llama "yo nunca", pero quiero
simplemente decir algo... No importa si no bebéis.—Louis se calló un instante.—
Yo nunca he admitido que estoy enamorado por lo que pudiesen pensar.
El chico de pelo rizado había perdido todas
las esperanzas de que se hubiese referido a él con aquello, aún así, alzó la
vista, con los ojos vidriosos, y dejó que Louis respirase tras decir aquello.
La noche siguió su curso, con charlas, risas,
y alguna que otra historia de años anteriores. Harry, al fin, contó lo ocurrido
hacía 11 años aprovechando que Eleanor había salido..., cómo había perdido a su
madre, y en cierto modo, contándolo allí, se sintió mejor.
Los chicos se tumbaron en el sofá, y en los
colchones inflables que habían estado montando. Harry se tumbó sobre el sofá
mullido, apoyando la cabeza sobre el regazo de James, quien estaba sentado
cómodamente en él.
Louis dedicó una mirada a ambos, y se tumbó
justo al lado de ellos, en uno de los colchones, junto a Eleanor, que comenzó a
abrazarlo.
Por esa noche Louis se permitió soñar que no
eran los brazos de aquella chica los que rodeaban su cuerpo, si no los del
chico de ojos verdes que desde hacía ya tiempo había cambiado su corazón.
CAPÍTULO
19.
Sábado
al mediodía.
Louis había dejado a James e Ian en sus
respectivas casas, y ahora se dirigía a la suya propia acompañado de Eleanor,
su novia según su madre.
Desde la llegada de Eleanor a la Universidad,
su madre había hecho lo imposible porque ambos tuviesen un acercamiento,
incluso le había ofrecido dinero a su propio hijo para que ambos se uniesen.
Para su madre era inaceptable que su único hijo, su niñito de ojos azules, tan
popular y atractivo, no sintiese nada al ver a una mujer. Pero lo que más le
perturbaba a ella, es que de su boca, por las noches, solo saliese aquel nombre
repugnante, y las palabras que debería dedicarle a alguien con quien
compartiría su vida: "te amo".
Una vez en casa, Louis ayudó a Eleanor a
bajarse del coche, dirigiéndole una mirada para que se adelantase mientras él
hacía una llamada.
Habían limpiado la casa de arriba a abajo, y
el salón tenía un brillo especial aquel mediodía. La mesa estaba vestida de
blanco, con un mantel de tela beige hecho a la perfección. Estaba colocada
sobre ella varios jarrones con lirios blancos, y los cubiertos sobre un pequeño
mantel individual del mismo color blanco. Había varios platos, superpuestos uno
por encima de otros, y un par de copas de cristal por cada pieza.
Louis dirigió una mirada la cocina que estaba
en el mismo pasillo, justo frente al salón. Su madre se encontraba preparando
pavo, al parecer, ya que el horno dejaba escapar el aroma de este mezclado con
las especias.
Su padre pasó por detrás, apretándole los
hombros, y dándole un leve toque en el hombro a Eleanor. Ella sonrió, y se dirigió
hasta donde estaba la madre de Louis, preguntando si necesitaba ayuda. Louis
salió de la cocina y se dirigió a la puerta tras que el timbre sonase. Los
padres de Eleanor se encontraban al otro lado, y para Louis fue una sorpresa,
aunque no muy grata.
—¿Y qué piensas estudiar, Louis? Veo que te
centras mucho en tu equipo de fútbol—el padre de Eleanor se limpió la boca con
una de las servilletas educadamente, dirigiendo la mirada hacia el chico de
ojos azules.
—Eh...realmente estoy interesado en el mundo
del deporte, y mientras me vaya bien... Me han ofrecido una beca y pienso
aceptarla. Después también me gusta periodismo y eso...
La madre del chico de ojos azules le dedicó
una mirada de soslayo a su hijo, y luego al padre del chico.
—Pero hijo, tú siempre has querido estudiar
algo como...derecho, ¿no?
Louis miró a su madre, arqueando una ceja, y
luego hacia Eleanor que le dedicaba una sonrisa tímida. Ella iba a estudiar
derecho, y sus padres creían conveniente que ambos estudiasen lo mismo para que
así pudiesen verse más a menudo.
—La verdad es que nunca me ha interesado algo
como el derecho. Veo una pérdida de tiempo tantos años de estudio para una
profesión tan pobre, que carece de valores a mi parecer. Dime algún político
que sea honrado y me pensaré estudiarme derecho.
—LOUIS.—su madre alzó la voz más de lo debido,
alertando a la madre de Eleanor, que alzó los ojos hacia esta, desorbitados.—
Lo siento.
Ella asintió con un gesto incómodo.
—Y bueno, ¿quiénes son tus amigos, Louis? Mi
hija me ha comentado que sobre todo hay chicos en tu grupo, que solo tu hermana
y una amiga pertenecen a tu grupo.
—Sí, somos varios chicos... y dos chicas.
Eleanor es reciente y aún no está demasiado integrada.
—Ella se integrará pronto. Es tan amable, y
guapa...
El silencio que había seguido a la frase de la
madre de Eleanor fue interrumpido por la llegada de Alice con un portazo.
—Ya estoy en casa. ¿Qué hay de...?—Alice miró
a la mesa repleta de diferentes manjares, y se sintió dolida por el hecho de
que no le hubiesen avisado.
—Hija...
Louis miró a su madre sorprendido. Ni él mismo
se creía la situación.
—¿No avisaste a Alice, mamá?—Este se levantó
de la mesa, indignado, posicionándose junto a su hermana.
—Simplemente creía conveniente que comiésemos
la futura pareja y sus padres... Alice se habría sentido incómoda.
—¿Incómoda?—interrumpió la chica—Más incómoda
me siento llegando a mi propia casa y viéndome como una desconocida.—La chica
se giró y subió a su habitación a paso rápido.
La comida había concluido, y Louis seguía
sentado en la mesa, de brazos cruzados sin mirar a ningún lado.
—Louis, hijo...¿qué tal si sales con tu chica?
—No es mi chica, ¿de acuerdo?
—¿ENTONCES QUE ES, LOUIS?
—Es una amiga, simplemente. Es Eleanor, una
chica corriente que acaba de llegar a la universidad y con la que ya has
decidido emparejarme. ¿Es que nunca me vas a aceptar como soy, joder?
Los ojos de Lissa, su madre, se abrieron de
par en par, y alzó el brazo intentando darle una bofetada esquivada por el
chico.
—No te atrevas a tocarme.
Louis le dirigió una mirada a la familia, que
observaba la escena, y salió fuera, a la calle, con la intención de alejarse de
aquel ambiente que desconocía.
Domingo
por la tarde.
—¿Sí?—Harry se había levantado deprisa para
coger el teléfono fijo. Estaba solo en casa, una vez más.
—Harry, soy mamá... Tardaremos un rato más de
lo esperado. Tu hermano está con algo de fiebre y nos vamos a pasar por el
médico. Tienes comida en el congelador. Te quiero.
La voz de su madre a través del teléfono se
cortó tras responder con un : "yo también os quiero, mamá".
El chico de pelo rizado se dirigió otra vez
hasta el sofá, tumbándose y volviendo a girar la vista al techo. Recordaba cada
instante del viernes por la noche, cada mirada que había intercambiado con Louis,
recordaba el sonido de cada respiración acompasada de ambos al dormir...
Incluso podía recordar los latidos de su corazón, y como sabía su aliento.
Harry se golpeó la cabeza levemente,
intentando reprimir esos pensamientos. Necesitaba alejarse de Louis
completamente, olvidarse de él, para siempre.
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