miércoles, 24 de julio de 2013

CAPÍTULO 18 & 19.

CAPÍTULO 18.

Harry había pagado las pizzas, y las había llevado hasta el salón. Todos formaron un círculo en el suelo, dejando que las bebidas y las pizzas se quedasen en el centro.
La primera parte de la noche transcurrió tranquila, con conversaciones fluidas, y risas no forzadas. La segunda parte continuó así hasta el momento en el que se empezó el juego.
—¿Habéis jugado a "yo nunca"? Es fácil. Se dice algo que nunca has hecho, y los que lo hayan hecho deben beber de su vaso. —Niall explicaba como si fuese un experto en el juego, y miraba a Liam de reojo, que reía.
No parecía demasiado complicado, ni nada que fuese a costarle un riñón...Harry asintió, sirvió bebidas a todos en cantidades iguales, y comenzaron el juego.

—Yo nunca...—empezó Liam— he salido como pareja con una chica.
Anna, Alice y Eleanor bebieron. A continuación, cuando nadie más se esperaba que fuesen a beber, Louis alzó su vaso y dio un pequeño trago. James lo imitó.
—Yo nunca he estado a favor de la homosexualidad.—enunció Eleanor, con una media sonrisa en la cara. Louis la miró frunciendo el ceño, y a pesar de lo molesto de su comentario, bebió otra vez.
Era cierto que Louis nunca había estado a favor de la homosexualidad, pero por el simple hecho de que nunca se había sentido de tal manera.
—Yo nunca he estado enamorado—dijo Ian. James lo miró de soslayo, y en cierto modo se sintió decepcionado. La mirada, que había sido captada por Harry, le sentó como un cubo de agua fría, como si él mismo hubiese sido al que hubiesen herido.
—Yo nunca he tenido el valor para mostrar mi sexualidad.—anunció Niall, mirando a Harry, que tosió de repente.
El chico de los rizos contempló a su amigo con los ojos demasiado abiertos, y luego desvió la vista hasta Louis que no bebió.
La palabra DECEPCIÓN se asomó en su rostro y se marcó en su corazón.
<<Bien, Harry, ya has comprobado lo que creías>>.
James bebió, e Ian para la sorpresa de todos, también lo hizo.
—Yo nunca he engañado a nadie sabiendo que podía herir sus sentimientos.
Louis alzó la mirada cuando Harry pronunció aquella frase sin despegar los ojos de él. El chico de ojos azules le dedicó una mirada glacial, y luego acarició la mano de Eleanor, que estaba sobre su regazo.
Harry sintió una patada en el estómago.
<<Eleanor 2 - 0 Harry>>.
—Yo nunca he despreciado lo que tenía, a pesar de que era importante para mí.
Zayn, Niall, Liam, Ian y Louis bebieron seguidamente tras la afirmación de Anna. Harry la miró, dedicándole una tímida sonrisa.
Ella asintió, sabiendo que Harry se sentía agradecido por aquello.
—Yo...—la voz de Louis se quebró. Miró a una pequeña pulsera de color verde que tenía atada a su muñeca, y comenzó a jugar con el nudo.— Yo...Sé que este juego se llama "yo nunca", pero quiero simplemente decir algo... No importa si no bebéis.—Louis se calló un instante.— Yo nunca he admitido que estoy enamorado por lo que pudiesen pensar.
El chico de pelo rizado había perdido todas las esperanzas de que se hubiese referido a él con aquello, aún así, alzó la vista, con los ojos vidriosos, y dejó que Louis respirase tras decir aquello.

La noche siguió su curso, con charlas, risas, y alguna que otra historia de años anteriores. Harry, al fin, contó lo ocurrido hacía 11 años aprovechando que Eleanor había salido..., cómo había perdido a su madre, y en cierto modo, contándolo allí, se sintió mejor.
Los chicos se tumbaron en el sofá, y en los colchones inflables que habían estado montando. Harry se tumbó sobre el sofá mullido, apoyando la cabeza sobre el regazo de James, quien estaba sentado cómodamente en él.
Louis dedicó una mirada a ambos, y se tumbó justo al lado de ellos, en uno de los colchones, junto a Eleanor, que comenzó a abrazarlo.
Por esa noche Louis se permitió soñar que no eran los brazos de aquella chica los que rodeaban su cuerpo, si no los del chico de ojos verdes que desde hacía ya tiempo había cambiado su corazón.


CAPÍTULO 19.

Sábado al mediodía.

Louis había dejado a James e Ian en sus respectivas casas, y ahora se dirigía a la suya propia acompañado de Eleanor, su novia según su madre.
Desde la llegada de Eleanor a la Universidad, su madre había hecho lo imposible porque ambos tuviesen un acercamiento, incluso le había ofrecido dinero a su propio hijo para que ambos se uniesen. Para su madre era inaceptable que su único hijo, su niñito de ojos azules, tan popular y atractivo, no sintiese nada al ver a una mujer. Pero lo que más le perturbaba a ella, es que de su boca, por las noches, solo saliese aquel nombre repugnante, y las palabras que debería dedicarle a alguien con quien compartiría su vida: "te amo".
Una vez en casa, Louis ayudó a Eleanor a bajarse del coche, dirigiéndole una mirada para que se adelantase mientras él hacía una llamada.

Habían limpiado la casa de arriba a abajo, y el salón tenía un brillo especial aquel mediodía. La mesa estaba vestida de blanco, con un mantel de tela beige hecho a la perfección. Estaba colocada sobre ella varios jarrones con lirios blancos, y los cubiertos sobre un pequeño mantel individual del mismo color blanco. Había varios platos, superpuestos uno por encima de otros, y un par de copas de cristal por cada pieza.
Louis dirigió una mirada la cocina que estaba en el mismo pasillo, justo frente al salón. Su madre se encontraba preparando pavo, al parecer, ya que el horno dejaba escapar el aroma de este mezclado con las especias.
Su padre pasó por detrás, apretándole los hombros, y dándole un leve toque en el hombro a Eleanor. Ella sonrió, y se dirigió hasta donde estaba la madre de Louis, preguntando si necesitaba ayuda. Louis salió de la cocina y se dirigió a la puerta tras que el timbre sonase. Los padres de Eleanor se encontraban al otro lado, y para Louis fue una sorpresa, aunque no muy grata.

—¿Y qué piensas estudiar, Louis? Veo que te centras mucho en tu equipo de fútbol—el padre de Eleanor se limpió la boca con una de las servilletas educadamente, dirigiendo la mirada hacia el chico de ojos azules.
—Eh...realmente estoy interesado en el mundo del deporte, y mientras me vaya bien... Me han ofrecido una beca y pienso aceptarla. Después también me gusta periodismo y eso...
La madre del chico de ojos azules le dedicó una mirada de soslayo a su hijo, y luego al padre del chico.
—Pero hijo, tú siempre has querido estudiar algo como...derecho, ¿no?
Louis miró a su madre, arqueando una ceja, y luego hacia Eleanor que le dedicaba una sonrisa tímida. Ella iba a estudiar derecho, y sus padres creían conveniente que ambos estudiasen lo mismo para que así pudiesen verse más a menudo.
—La verdad es que nunca me ha interesado algo como el derecho. Veo una pérdida de tiempo tantos años de estudio para una profesión tan pobre, que carece de valores a mi parecer. Dime algún político que sea honrado y me pensaré estudiarme derecho.
—LOUIS.—su madre alzó la voz más de lo debido, alertando a la madre de Eleanor, que alzó los ojos hacia esta, desorbitados.— Lo siento.
Ella asintió con un gesto incómodo.
—Y bueno, ¿quiénes son tus amigos, Louis? Mi hija me ha comentado que sobre todo hay chicos en tu grupo, que solo tu hermana y una amiga pertenecen a tu grupo.
—Sí, somos varios chicos... y dos chicas. Eleanor es reciente y aún no está demasiado integrada.
—Ella se integrará pronto. Es tan amable, y guapa...

El silencio que había seguido a la frase de la madre de Eleanor fue interrumpido por la llegada de Alice con un portazo.
—Ya estoy en casa. ¿Qué hay de...?—Alice miró a la mesa repleta de diferentes manjares, y se sintió dolida por el hecho de que no le hubiesen avisado.
—Hija...
Louis miró a su madre sorprendido. Ni él mismo se creía la situación.
—¿No avisaste a Alice, mamá?—Este se levantó de la mesa, indignado, posicionándose junto a su hermana.
—Simplemente creía conveniente que comiésemos la futura pareja y sus padres... Alice se habría sentido incómoda.
—¿Incómoda?—interrumpió la chica—Más incómoda me siento llegando a mi propia casa y viéndome como una desconocida.—La chica se giró y subió a su habitación a paso rápido.

La comida había concluido, y Louis seguía sentado en la mesa, de brazos cruzados sin mirar a ningún lado.
—Louis, hijo...¿qué tal si sales con tu chica?
—No es mi chica, ¿de acuerdo?
—¿ENTONCES QUE ES, LOUIS?
—Es una amiga, simplemente. Es Eleanor, una chica corriente que acaba de llegar a la universidad y con la que ya has decidido emparejarme. ¿Es que nunca me vas a aceptar como soy, joder?
Los ojos de Lissa, su madre, se abrieron de par en par, y alzó el brazo intentando darle una bofetada esquivada por el chico.
—No te atrevas a tocarme.
Louis le dirigió una mirada a la familia, que observaba la escena, y salió fuera, a la calle, con la intención de alejarse de aquel ambiente que desconocía.

Domingo por la tarde.

—¿Sí?—Harry se había levantado deprisa para coger el teléfono fijo. Estaba solo en casa, una vez más.
—Harry, soy mamá... Tardaremos un rato más de lo esperado. Tu hermano está con algo de fiebre y nos vamos a pasar por el médico. Tienes comida en el congelador. Te quiero.
La voz de su madre a través del teléfono se cortó tras responder con un : "yo también os quiero, mamá".
El chico de pelo rizado se dirigió otra vez hasta el sofá, tumbándose y volviendo a girar la vista al techo. Recordaba cada instante del viernes por la noche, cada mirada que había intercambiado con Louis, recordaba el sonido de cada respiración acompasada de ambos al dormir... Incluso podía recordar los latidos de su corazón, y como sabía su aliento.

Harry se golpeó la cabeza levemente, intentando reprimir esos pensamientos. Necesitaba alejarse de Louis completamente, olvidarse de él, para siempre. 

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